CINE PARA ADULTOS: FOMENTA VIOLENCIA MACHISTA

El porno es un consumo que, sin fomentar la educación sexual en casa y en las aulas, impide que los futuros jóvenes sean críticos y esto dificulta diferenciar entre realidad y ficción en el ámbito del sexo. 

El 70% de los jóvenes de entre 16 a 29 años han resuelto sus dudas acerca de la educación sexual con internet y los amigos. Además, aquellos adolescentes que consumen pornografía de  contenido sexual violento tienen significativamente más probabilidades de vincularse a agresiones sexuales

Ante el vacío que deja la falta de educación sexual, los jóvenes han adoptado la pornografía como su ejemplo a seguir, tratando de reproducir muchas veces las actitudes que ven, inhibiéndose en relación a los cuerpos que muestran los vídeos y obteniendo su idea acerca de ¿qué es? o debería ser el sexo"

La sexóloga Núria Jorba advierte que " la pornografía que consumen los niños a través de ordenadores, tabletas o móviles reproduce conductas machistas en las que se cosifica a la mujer". Además, aboga por que “los menores accedan a estos contenidos cuando ya tengan educación sexual previa”.

No se trata de prohibir el acceso a la pornografía, lejos de resolver el problema, puede causar que se trate de acceder a estos contenidos en lugares de más riesgo al hacerlo fuera de casa.

El problema es que se llega a creer que las acciones, el tipo de cuerpo, la importancia del tamaño son las correctas; todo es para disfrutar, nunca se dice que no, todo son gemidos de placer y no siempre va así. No se trata de romper con el modelo del porno, sino con un modelo social que defiende una única representación del sexo.